La Luna decae en su dulce forma de gota de miel, como una gota espesa que pende del firmamento se desliza suavemente, titubeante, sigilosa, asciende unos milímetros y vuelve a descender otros mas; un vaivén vertical es su cadencia, cada vez mas pequeña, cada vez mas intensa y mas empequeñecida; se agranda un poquito y se achica un poco mas… la Luna pende de un hilo, cada vez mas largo, cada vez mas frágil. Dulce y delgado hilo.
La Luna se desploma, y con un grito al cielo cae y cae…cae y cae…
Por suerte tus labios son dulces, la Luna no se ha desplomado en vano.
2 comentarios:
maravilloso.. el final estuvo mortal.. al pié al pié compañero!.. ocurrentes tus letras.. al estilo del mejor.. de Cortázar.. me recreaste sus letras.. cariños..
Cuando el maestro Cortazar te envuelve, a veces es difícil salir de su embrujo... otras veces, quizás todas las veces, es un placer sucumbir en su encanto.
Gracias, besos!
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