domingo, 22 de noviembre de 2009

A VECES ES BUENO VERSE FRENTE A UN ESPEJO…




“Espejito espejito quien es el mas…”, no importa lo que se sea, a veces es bueno que uno mire hacia uno mismo para verse, para recordarse, para no olvidarse y saber por donde anda. Para saber si el lugar donde nos encontramos es correcto o es un espejismo más de alguien que no es uno.
Es bueno saber que por cada paso malo puede haber alguno bueno, es bueno conocer los pasos malos para multiplicar los buenos, es bueno saber cuanto uno calza para no perder el zapato…
Los espejos repiten… no es bueno que repitan, es mejor que reflejen, que demuestren, que golpeen, que castiguen, que feliciten, que besen. Es bueno que los espejos besen.
No es necesario pero es fundamental reflejarse, frente a frente, verse en guardia, verse indefenso, verse tonto, verse tieso, verse pálido, verse viejo…
Es una condición del ser humano la mutación. No se habla de evolución cuando el tiempo se mide en décadas, no se evoluciona a un anciano. Uno va mutando, y consigo su envase, el frasco que a muchos preocupa.
Es bueno verse frente a un espejo de vez en cuando. Verse alto, verse gordo, verse broceado, verse cansado…
Es bueno saber donde encontrarte.
Es bueno encontrarte, verte, saber que frente a ti esta aquel otro, que no eres tu, pero que piensa serlo, y actúa y vive, y sobre actúa y sobre vive… es bueno que aquel de vez en cuando te busque en su espejo y te encuentre, en el mismo lugar, la misma pared, el mismo piso, quizás distintos zapatos, distinto peinado, quizás mil mutaciones y otra apariencia, quizás uno se vea extraño, definitivamente extraño.
Me gusta estar del otro lado, verme de vez en cuando, me gusta devolver mi origen, que es muy distinto a mi imagen.
Ayer pose ante mi mismo, y despeine ese peinado, puse junto a mí una silla y descanse de mi mano.

Ahora que soy el del espejo, que bueno es sentirte útil.

A TIENTAS (“Con permiso”)


“se avanza a tientas/muy lentamente”
MB


Se avanza a tientas, vacilando, titubeando, como por una cuerda floja...
Un paso delante del otro, y luego el otro... los brazos equilibrando.
Y las certezas quedan atrás, la seguridad queda atrás...pero el alma exige uno mas...
Y ahí va otro paso...
Avanzamos a tientas/ lentamente
Hay sabor en cada paso, en cada metro, en cada centímetro...y emoción en cada balancearse
Somos ciegos, a elección, somos ciegos con gusto...vemos todo
...y luego otro paso...y quizás algún día llegue el ultimo... quizás halla mas pasos...
Retroceder es seguro...pero nuevamente...a tientas/lentamente...la luz nos llama.

jueves, 19 de noviembre de 2009

lunes, 16 de noviembre de 2009

HAIKUS PARA EMPRENDEDORES






Y hoy que tus ojos
Me observan solitarios.
Yo no te veo
...................






Mil veces quizás…
y siempre valdrá la pena.
Bendita duda.
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Horizonte en llamas
sutil se quema el día
la noche apaga.
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Preferiría
Mil veces odiarte
Que ignorarte
...................









Cuando el silencio
Verdaderamente habla
Los demás callan.

viernes, 6 de noviembre de 2009

VESTIGIOS DE LA HOGUERA DE LOS SENTIMIENTOS


Poseía una extraña costumbre de escribir cartas.
Era asombroso verlo escribir y escribir, siempre refiriéndose a alguien. Jamás se supo a quien iban dirigidas – si así se le puede decir–  pues nunca las enviaba. Por lo menos de la forma convencional en que se envían las cartas.
Recuerdo haberlo visto varias veces luego de haber terminado de escribir, siempre me llamo la atención, pues a veces poseía una gran sonrisa, otras veces tan emocionado que impresionaba, hasta con lágrimas que vertían de sus ojos, y otras veces – la gran mayoría–  parecía quejarse de tener que escribir lo que escribía.
Lo cierto es que una vez terminada la correspondencia, preparaba un café, se dirigía a su sillón sofá junto a la hoguera que solía estar encendida en invierno, o que solía encender en otras ocasiones, exclusivamente para el momento. Se acomodaba en su sillón, bebía unos sorbos de café y con la otra mano firme sostenía la carta que acababa de escribir, mientras la leía en voz baja. Luego de terminar de leer dicha carta, con la emoción que ameritaba la circunstancia en su rostro, proseguía a arrojarla al fuego, con la particularidad de que el humo que producía el papel en la hoguera era embolsado en una gran bolsa que se anteponía en la chimenea, como atrapando la conversación en una cárcel de polietileno, evitando que la chimenea de fuga a las frases, oraciones y el viento las reparta por ahí, con miedo tal vez, de algún destino mal logrado.
Una vez embolsados los vestigios de la carta, el anciano hacia un nudo en la bolsa y la volvía a arrojar al fuego, pero esta vez, el humo ya espeso y negro era eyectado sin ningún problema por la chimenea. Luego de terminado el acto, arrojaba los restos de su café y apagaba el fuego.
En la familia siempre aceptamos que había algún grado de locura en el abuelo, pero siempre preferimos darle asilo en vez de dejarlo a su suerte en un neuropsiquiátrico o alguno de esos lugares de antesala a la muerte, por eso jamás cuestionamos cosas que solo él entendía. Pero hace dos meses, luego de su muerte, hay días en los que encendemos la hoguera y se observa un ligero humo gris azulado que se esparce por toda la casa. Es así que en los días en los que aparece este humo, algo extraño nos ocurre y sonreímos sin ninguna razón aparente, o hay otros en los que lloramos y muchas otras ocasiones en las que nos quejamos, rezongando de cualquier cuestión sin merito alguno; del agua de la pava que se hirvió, del reloj que parece haberse quedado sin pilas, del gato que dejo los pelos en el sofá, de dolores en el dedo gordo que no existen.
Lo cierto es que los días que sonreímos somos muy felices y sentimos ganas de agradecer infinitamente a alguien, no sé porque, es lo que nos nace de adentro. Los días en los que lloramos preferimos escondernos cada uno en su habitación y evitar vernos en ese estado, pero los días en los que rezongamos sin sentido alguno nos acordamos del las cascarrabias del abuelo y de su locura.
No sé porque, pero estoy pensando en escribirle una carta, el fuego esta encendido; sus pantuflas no las encuentro y él prometió heredarlas, no soporto andar buscándolas sin hallarlas, encima este dedo gordo que parece que esta hinchado y no sé si voy a poder escribir, tengo que preparar café y si hay algo que no soporto es tener que ir a comprarlo, donde habrán quedado esas pantuflas! Y este humo que me tiene arto! , voy por una bolsa.

lunes, 2 de noviembre de 2009

St 4

Es más fácil princesa
Que no reconozcas tu corona
A que yo sepa quien eres tú…

La vida es un barrilete que a veces se remonta sin saber
Que el viento que lo deslumbra es el mismo que ha de padecer
La vida juega su suerte, en esquinas y en un bar
La suerte juega la vida, en las calles y al bailar
Hay quienes no se dan cuenta y echan la culpa al azar
Hay otros que dándose cuenta agradecen sin cesar
La vida es una antorcha que ilumina sin quemar
Pero hay quienes se queman, por no querer titilar.
La vida es un instante, un beso, un besar
La muerte es todo el tiempo que uno no se dispone a amar
Hay muerte en cada paso, hay vida en cada titubear
Son más los que viven muertos, que los muertos que no viven más.