martes, 29 de septiembre de 2009

Carta de Gary Gisbert a Mariam Lian Stevenson

CAPITULO XVIII.
(Luego de un tiempo de no verse, y de no haberse encontrado la última vez que arreglaron un encuentro, Gary le escribe a Lian expresándose. Tan solo expresándose).


Lian, hace tiempo que no nos vemos. A veces pienso que el azar nos ama, o nos amó al menos alguna vez, el hecho de habernos puesto frente a frente en este mundo en donde lo que sobra, aparte de ciertas miserias, es la gente, es la prueba irrevocable de que debíamos vivir lo que vivimos juntos, aunque haya durado nada, un día tal vez, yo me arriesgaría a decir dos aunque no haga la diferencia, cuando hay una expresión de hechos tan naturales como los que vivimos no es de buena gente minimizar el tiempo. A veces pienso Lian, pienso tantas cosas sobre nosotros, que seguramente ni te imaginas, o quizás si, quizás tu piensas mas que yo, me arriesgaría a decir que pensamos por igual. Pienso, ya no en lo que nos junto, pues decidí adjudicarlo al azar, o a la maquina harto-compleja del mundo, que de algún modo debía, como obligación, hacernos conocer de tal modo, como si algo en nuestras vidas hubiera faltado si no nos habríamos conocido; sino que en lo que pienso ahora es qué nos separo. Si es que estamos separados, y ello hace que me surjan preguntas como: ¿estuvimos juntos? ¿Debemos responder de lo sucedido? ¿Sucedió algo? Son preguntas complejas, pues sus respuestas necesitan de dos personas, no de una. Lo que yo pueda pensar o sentir Lian, puede no tener nada que ver con lo que piensas tu. De todos modos debo confesarte que lo que me paso contigo no lo he vivido con nadie, es decir, y me animo a deducir, que eres única para mi, pero no única en el sentido vulgar con el que suele utilizarse esta palabra, el sentido de “única e irrepetible”, claro que no, eres ÚNICA en lo absoluto para mi.
Supe decirte: ya nos conocíamos desde antes, aun sin habernos visto, seguramente hace miles de años, o cien o cincuenta; no nos conocemos de hace dos días, o de esos dos días, nos conocimos mucho antes, en otra vida seguramente, quizás fuiste mi hermana, mi madre, o yo tu padre, porque creo que la naturalidad con la que se dieron las cosas solo puede explicarse desde el lado de un lazo familiar. Creo que compartimos esto Lian.
Tu sabes Lian, luego de vernos por ultima vez, no se que es lo que ha sucedido, me aterra pensar o dejar como explicación divina, que paso lo que tenia que pasar, pues jamás pensé que nos podía pasar esto. Lo que debo confesar es que de algún modo, tampoco encuentro explicación, aunque se la atribuyo a la misma naturalidad que nos unió, fue ella, la misma que nos separo, pero así nada mas, como si ambos resignáramos de alguna manera inconsciente lo que podríamos ser juntos. De un día para otro deje de recibir mensajes tuyos, tú habrás sentido lo mismo de mi parte, y el tiempo hace estragos, nunca para y jamás da explicaciones. Todo se diluyo, aunque yo! No lo crea, no se que pensaras vos Lian, quizás ya tienes otra persona a tu lado, quizás todo fue una mentira, y tu te diste vuelta y verdaderamente te olvidaste de mi, y ahora siquiera me recuerdas. Lo cierto es que yo si te recuerdo. Como olvidar esa sonrisa, no cabe rincón del mundo o de mi cerebro donde pueda esconderla sin volver a recordarla. Te gusta dormir, aunque te enoje que te lo digan, me encantaba joderte por ese lado. La mueca que trasformaba tu cara expectante, un tanto molesta, una pizca quizás, y la sonrisa que devenía luego era hermosa, había magia allí, tus ojos titilaban, esa intermitencia ese rostro que se relajaba sonriente verdaderamente me podían, me trasportaban por ahí, a otro lado, no quiero decir a otro mundo porque tu eres de este mundo, aunque ambos nos conozcamos de otros tiempos.
Lian, no se que nos paso!
No me preocupa de algún modo que estemos separados, lo que me preocupa es no saber nada de ti, me bastaría saber con que estas verdaderamente bien, o mal quizás, sin duda preferiría de que estés bien. Si, se que puedo tomar el tubo del teléfono y llamarte. Pero que sentido tendría eso, en absoluto no valdría de nada. La naturaleza apela a cuestiones naturales, no debemos destruir lo que construyo en nosotros, y de algún modo, la respetamos así como estamos, sin llamarnos, sin vernos, y dejar que el azar nos devuelva la vida, a mí la tuya, y a vos la mía, si es que así lo desea.
Lian, esta carta no te la voy a mandar, es solo para descargarme, para expresarte lo que siento, y decirte que te quiero. Pero no te quiero como se quiere a una novia o a una amante, solo te quiero como se quieren esas cosas que uno ama porque se siente bien de que existan, porque no importa que no estemos juntos, me dejas en claro que existís, y que no es puro sueño lo que a veces uno anhela. Por eso Lian te quiero y agradezco haberte conocido.
Si necesitas saber de mi Lian, yo estoy bien, si, estoy bien, a veces me siento raro, como si no comprendiese que es verdaderamente lo que debo hacer, a veces temo que ante la duda no hago nada, y eso me desespera, me fatiga la indecisión, por eso a veces siento que necesito algo de ti, quizás solo tu sonrisa, si, solo tu sonrisa, creo que con eso bastaría. Pero no ando perdido Lian, el problema es que no me encuentro a diario, y hay momentos en los que fluctúo en el desconcierto, y pienso en ti, y pienso si pensaras en mi, creo que me desconcierta no saber de ti, aunque no quiero tirar la pelota para otro lado, el problema, si es que es un problema, esta en mi. Como veras Lian, estoy bien, como me conociste, pensando un poco de todo, aunque ya me olvide del resfrío del presidente de Francia, ahora me ocupo de otras cuestiones, como esta por ejemplo.
Lian, quiero verte, aunque no me muero de ganas, simplemente me gustaría verte, y sentirte también, tenerte a mi lado por un segundo aunque sea, la eternidad no responde al tiempo, se que con tan solo eso me sentiría completamente bien, y disculpa si soy egoísta en esto, solo quiero saber de ti, y si empezaste natación también, me imagino que no, igual me encantaría que me sorprendas, siempre de algún modo me sorprendes Lian.
No quiero extender mas esta carta Lian, lo extenso aburre, quizás nosotros nos aburrimos, fue demasiado tiempo quizás, una eternidad juntos. Si. Nos debimos aburrir. Bueno, entonces fue lo mejor habernos separado, espero te estés divirtiendo, o por lo menos no aburriendo, yo por mi parte acá ando, pensando…pensando quizás…tan solo un poco en ti.
Me gustaría saber de ti Lian.

jueves, 24 de septiembre de 2009

AMATEUR POR EXCELENCIA


Marcos Camada el mejor amateurista, si así se lo puede llamar. Ajedrecista, ludomatixta, jugador de cartas, metegolista, y muchas disciplinas más, tenía una suerte de poder innato, siempre ganaba en lo que se propusiese.
Desde chico siempre fue el mejor en todo, solían comentar sus compañeros del barrio, que lo padecieron en cuanto juego le proponían. Jamás pero jamás había perdido en nada. Nunca se había propuesto ninguna disciplina profesionalmente, lo que hubiese sido un verdadero éxito, o un fracaso rotundo por qué no, en el juego de suposiciones todas las variantes son posibles, aunque todos sientan y crean más en su éxito que el posible fracaso.
Lo cierto que Marcos Camada, recién coronado campeón municipal de taba, ante los mejores tabistas del pueblo, supo imponerse casi con una naturalidad asombrosa, disciplina que de hecho por primera vez había practicado. Este acontecimiento, que fue mas una puesta a prueba de lo que sus compañeros le decían,
que jamás iba a perder en lo que se propusiese, quedo de alguna forma confirmado, pues él no tenía la menor idea de cómo se jugaba a la taba, y luego de una breve explicación del juego yacía como el mejor.
Decidió, de algún modo, un tanto estañado él mismo, en proponerse a perder en alguna actividad. Tuvo varios intentos fallidos, gano el torneo de barriletes, el de ping pon, fue el mejor en la rayuela, y fue ovacionado en un juego de bochas; por lo que no le estaba siendo fácil lograr su cometido, de alguna forma siempre terminaba ganando.
Hasta que un día, en una competencia de embolsados, se disputaba la final contra otro individuo. Tenía todo planeado, comenzaría enérgicamente la carrera, como para no sembrar dudas y luego disminuiría la velocidad hasta ser alcanzado y sobrepasado por su contrincante.
A la señal de, “preparados, listos, ya!” , fue el inicio de carrera, Marquitos inmediatamente toma la delantera, salta y salta, salta y salta, luego, simulando cansancio y dando continuidad al plan comienza a saltar cada vez más lento, y…salta, y…salta; su contrincante rápidamente lo alcanza y comienza a sobrepasarlo, pero luego comienza a disminuir sus saltos también, y…saltaba, y… saltaba, y llegan así a quedar parejos, Marcos muy extrañado, pero más enfurecido, comienza a saltar cada vez menos, y…sal…ta y…sal…ta, pero su competidor también se enllentecía. Era todo muy raro, la gente estallaba en ovaciones hacia los dos y no se percataban de lo que estaba sucediendo, fueron tan pero tan lentos, que comenzaron a correr hacia atrás, es decir, hacia la línea de largada, pero esta vez Marquitos acelero su salto nuevamente, y saltaba y saltaba, pero el adversario daba saltos mas grandes todavía, y un salto y dos saltos y tres saltos, y Marcos ya apelando a todas sus fuerzas y manoteando una botella de agua para hidratarse que le ofrecían de camino, hace los saltos mas y mas rápidos, saltaba saltaba saltaba y saltaba; cada vez se alejaban más de la meta, que estaba claro que ninguno de los dos quería cruzar
se torno mas bien, como una competencia a ver quien ganaba a perder, que desde luego y ya sin darse cuenta, la habría de ganar Marquitos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

VISITA INESPERADA

“…y al observarse, decidió no verse.
La palidez siempre resulta extraña.”
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Llama el timbre a la puerta. Abre y se encuentra con un espejo, observa a su alrededor y no encuentra a nadie que haya podido haberlo dejado allí. Un tanto extrañado, asume que es para él y lo ingresa a su casa.
Su reflejo es raro. Este espejo esta fallado, piensa. Lo intenta mover para reubicarlo y resulta imposible moverlo del lugar donde lo había puesto, decide, en un tono de rebeldía dejarlo donde esta, lo mira amenazante y extrañado por ultima vez y opta por ignorarlo por completo.
Así pasa un tiempo, es difícil dar la medida del tiempo que paso, pues no recuerda nada de antes de la aparición del espejo, y este, parece haber estado desde siempre; en el mismo lugar, junto a la puerta, con el mismo reflejo, un tanto raro, un tanto enigmático. Aunque siempre esquivaba su mirada, nunca podía evitar observar la fatiga de su rostro, sus arrugas, sus ojeras, su palidez. Que espejo raro, volvía a decir cada vez que se daba cuenta que sin querer se observaba.
Al cabo de unos días muere.

Llaman a otra puerta, en esta atenderá el llamado otra persona, y sin saber quien timbro, guardara su reflejo para siempre.