jueves, 24 de septiembre de 2009

AMATEUR POR EXCELENCIA


Marcos Camada el mejor amateurista, si así se lo puede llamar. Ajedrecista, ludomatixta, jugador de cartas, metegolista, y muchas disciplinas más, tenía una suerte de poder innato, siempre ganaba en lo que se propusiese.
Desde chico siempre fue el mejor en todo, solían comentar sus compañeros del barrio, que lo padecieron en cuanto juego le proponían. Jamás pero jamás había perdido en nada. Nunca se había propuesto ninguna disciplina profesionalmente, lo que hubiese sido un verdadero éxito, o un fracaso rotundo por qué no, en el juego de suposiciones todas las variantes son posibles, aunque todos sientan y crean más en su éxito que el posible fracaso.
Lo cierto que Marcos Camada, recién coronado campeón municipal de taba, ante los mejores tabistas del pueblo, supo imponerse casi con una naturalidad asombrosa, disciplina que de hecho por primera vez había practicado. Este acontecimiento, que fue mas una puesta a prueba de lo que sus compañeros le decían,
que jamás iba a perder en lo que se propusiese, quedo de alguna forma confirmado, pues él no tenía la menor idea de cómo se jugaba a la taba, y luego de una breve explicación del juego yacía como el mejor.
Decidió, de algún modo, un tanto estañado él mismo, en proponerse a perder en alguna actividad. Tuvo varios intentos fallidos, gano el torneo de barriletes, el de ping pon, fue el mejor en la rayuela, y fue ovacionado en un juego de bochas; por lo que no le estaba siendo fácil lograr su cometido, de alguna forma siempre terminaba ganando.
Hasta que un día, en una competencia de embolsados, se disputaba la final contra otro individuo. Tenía todo planeado, comenzaría enérgicamente la carrera, como para no sembrar dudas y luego disminuiría la velocidad hasta ser alcanzado y sobrepasado por su contrincante.
A la señal de, “preparados, listos, ya!” , fue el inicio de carrera, Marquitos inmediatamente toma la delantera, salta y salta, salta y salta, luego, simulando cansancio y dando continuidad al plan comienza a saltar cada vez más lento, y…salta, y…salta; su contrincante rápidamente lo alcanza y comienza a sobrepasarlo, pero luego comienza a disminuir sus saltos también, y…saltaba, y… saltaba, y llegan así a quedar parejos, Marcos muy extrañado, pero más enfurecido, comienza a saltar cada vez menos, y…sal…ta y…sal…ta, pero su competidor también se enllentecía. Era todo muy raro, la gente estallaba en ovaciones hacia los dos y no se percataban de lo que estaba sucediendo, fueron tan pero tan lentos, que comenzaron a correr hacia atrás, es decir, hacia la línea de largada, pero esta vez Marquitos acelero su salto nuevamente, y saltaba y saltaba, pero el adversario daba saltos mas grandes todavía, y un salto y dos saltos y tres saltos, y Marcos ya apelando a todas sus fuerzas y manoteando una botella de agua para hidratarse que le ofrecían de camino, hace los saltos mas y mas rápidos, saltaba saltaba saltaba y saltaba; cada vez se alejaban más de la meta, que estaba claro que ninguno de los dos quería cruzar
se torno mas bien, como una competencia a ver quien ganaba a perder, que desde luego y ya sin darse cuenta, la habría de ganar Marquitos.

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