miércoles, 26 de mayo de 2010

FUSIÓN ETERNA (Fragmento)


...lo cierto es que al agua siempre le interesó el fuego y viceversa, pero lo interesante del interés de ambos no radica en lo ambiguo, sino en deseo que ambos tienen de consumirse, en la unión perfecta, en la destrucción pasible, en el preciso instante que el vapor es ceniza y la ceniza se evapora...

Ambos dejaran de existir, pero que más queda por vivir?



Grenat Gastón.

lunes, 17 de mayo de 2010

SEGUNDA CARTA DE GARY GISBERT A MARIAN LIAN STEVENSON


CAPITULO XX.

Puedo escribirte nuevamente una carta, y aceptar que no abras el sobre. Puedo preguntarte: -Que es de tu vida?- e interesarme de pronto en tu trivial respuesta.

Lian, perdón que comience así esta carta, es solo que es extraño todo, precisamente no te extraño, y desgarradamente siento que no me importa, pero sabrás que me importas, sino no te escribiría, - uno no deja de hacer las cosas así porque si - acepto el viento “clandestino” – y va entre comillas porque no es la palabra mas justa para lo nuestro Lian, es mas, me arriesgo a decir que es la antítesis de los nuestro- lo cierto es que este viento que nos une y desune, me maravilla, me encanta, como si solo existiésemos para ambos cuando el céfiro se apiada de nosotros, y luego dejásemos de existir sin importarnos, y nuestra vida continuase tan solo con el aroma a nuestros besos.
No se si piensas igual Lian, me gusta suponer que si, que disfrutas al igual que yo, que lo vivís similar y que por eso no tomas el teléfono y me llamas – no es natural hostigar al destino y aunque lo fuese, aunque sea valido, no es nuestro estilo- es por eso que estoy contento con los nuestro a pesar de tanto tiempo, no así con lo que siento, con esa sensación extraña de no extrañarte.
Me preguntarás para que te escribo entonces… supongo que siento que el clima puede hacer de las suyas, que podemos existir nuevamente, y esta es una especie de cartita que ratifica que aun existo, o que aun puedo volver a existir para ti, como enviándote una señal de vida.
Se que no leerás esta carta, se que el sobre quedara sobre la mesa de noche sin abrir, se que no es de importancia, pues si así fuese no existiría esta carta. Tan solo y simplemente, apelare a cruzarte por una esquina y reconocerte, como hacemos siempre, de repente! Todo de repente, con la intensidad del fin próximo. Yo no se que seria de nosotros si no supiéramos de nuestro próximo fin, supongo que seriamos monótonos y objetos muertos que respiran en faz de algo, y luego en faz de nada – como sucede con todo, con todos, el suceso continuo y reiterativo de las cosas termina por consumirlas y dejarlas desechas- y yo no quiero eso para ti, ni para mi, Lian– aunque quizás no evitemos terminar así cada uno por su lado- lo que deseo Lian, es que ambos no terminemos así, que en comunión el fuego nos devore. Individualmente no puedo desear tal cosa - el ser se desplaza de forma muy predecible y en ello radica saber lo que nos tocará- no me preocupa lo que sea de ti o de mi en el sentido mas puro, puedo suponer, pero es solo una mera suposición y en el juego de suposiciones todo es valido – por ende, carece de emoción pura- y lo nuestro es emocionante! o me emociona a mi, tal vez solo yo soy el que disfruta de esto, tal vez las cartas que tu envías y yo se que no recibo, nunca las has escrito – nuevamente incurro en la poca emoción de la suposición- se que me envías cartas Lian, lo se porque no las recibo, es mi forma de disfrutarte a la distancia, así…tan solo así… como si estuvieses junto a mi en la cama, dormida, callada, pensativa te tengo, y tu sabes que te tengo, por eso estoy contento y me apasiona todo esto.
Y justamente por todo esto es que me extraña que no te extrañe, sabrás comprenderme Lian, no es olvido, es solo el andar cansino de despertarme, abrir la puerta, deambular por el mundo, abrir nuevamente otra puerta, cerrarla y dormir... así todos los días, es solo eso, no es olvido!

Sabes que lo extenso me aburre Lian, y jamás pretendería aburrirte ni aburrirme, hay solo pocas cosas que valen tan poco en la vida, y el aburrimiento es una ellas, si no es la más absurda incluso.

El tiempo solo azota a quienes se preocupan por él, yo siempre preferí la diplomacia Lian, tú lo sabes, por eso no me despido como el mundo se despide hasta algún tiempo, solo me despido como quien no va volver a ver a alguien nunca mas, sabiendo que la encontrará en alguna esquina.

No me lleves el apunte Lian, a veces digo tonterías, solo créeme cuando te sonría.
Y espero no esperes esta carta como se espera la lluvia los días nublados.

Sé que no lo harás, por eso te la escribo.