martes, 27 de enero de 2009

OFICIO DE PESARES



El filo de sus ojos circunda la noche gris de la ciudad central
Sutil en su presencia, mas aun en su ausencia,
Cuando aun esta presente.
Sombrero de gabardina, sobre todo impermeable
Pasos sigilosos e imponente presencia, sus huellas.

Circunda la noche trunca del olvido, sin más que un pensamiento
El mundo y el universo caben en él
Desde un frágil cabello que el céfiro acuna en su vaivén
Al imponente mar del Este u Oeste de quien su gusto anhele.

Solo llueve en las noches de sus noches
Sobre el rostro el sosiego se desliza en gotas y penumbras.
Sobre su mente, ejercicio nefasto, de concebir un mundo y sus pesares.

Las vísperas de los años que se van, los recuerdos que resguarda
Y su sangre, que aun es sangre siendo polvo y cicatriz
No dejan que su vida sea una y no la de todos al morir.
Vasto oficio le asignaron, el de ser hombre y constructor del mas allá.